miércoles, 31 de agosto de 2011

Alaska y Dinarama - A quien le importa



Este canción era mi canción de batalla cuando apenas era una chica adolescente con diversidad funcional, allá por los 80’. Vivía en el ámbito rural, estudiaba por correspondencia, leía cuanto me era posible y tenía muchos sueños, planes de ser una mujer independiente, trabajadora, luchadora e inconformista, bebía whisky y usaba minifaldas. Algo parecido a la mujer que soy hoy, menos en lo del whisky, que ya no me gusta.
Pero la gente no me veía así, para ellos era alguien sin presente, sin futuro, sin nada que aportar ni que decir, que no merecía ni un amable saludo. No era mujer, no era capaz, no existía. No era digna de amistad, ni de Amor, ni de respeto. Creedme que no exagero.

Pero yo seguía, coreando la canción de Alaska. Defendiendo mi ser diferente, mi ser distinta en positivo,




miércoles, 10 de agosto de 2011

Karina Zukerman


Una mujer que honra y da gracias a la vida
Es una artista plástica bahiense que pertenece a Pintores con la Boca y el Pie. Hace de cada día de su vida una canción que merece ser escrita y cantada con el alma. Participó de las Jornadas Artísticas Especiales, organizadas por la Biblioteca Braille y Parlante Ilusiones

Diversidad. Discapacidad. Inclusión. Integración. Diferencias. Prejuicios. Palabras que nos paran en medio de la historia propia de la humanidad. Palabras que sintetizan y definen lo que sentimos, lo que somos, lo que queremos parecer.
Cada trazo que escribimos, cada paso que damos, cada caricia, cada beso, cada abrazo, de acuerdo a la forma en la que nos expresemos y al valor que le otorguemos a esos que parecen cotidianos y simples gestos, nos transforman, sin lugar a dudas en diferentes.
Karina Zukerman es bahiense, nació el 15 de abril de 1970 y es una militante de la vida, una artista que supera día a día, no sólo sus propios prejuicios y temores, sino los de los otros. Ella da una lección de vida en cada sonrisa, en cada concepto, en cada una de sus obras de arte, que pinta con un pincel en su boca. Nació con una deficiencia muscular que le imposibilita el movimiento de sus miembros inferiores y superiores, denominada artrogriposis. No camina, pero se hace grande sobre sus valores, no mueve sus brazos para abrazar y sin embargo deja mensajes de optimismo y búsqueda de felicidad en todos sus cuadros.
¿Definir a Karina Zukerman? Una mujer plena, que da gracias y honra la vida en cada instante. Una artista con mayúsculas que no sólo se aplaude de pie, sino que se gana respeto y admiración por lo que es y por lo que sueña ser: un ser humano que festeja la diferencia.

- Tus padres, tu familia ¿siempre estuvieron a tu lado?
- Totalmente. Hoy es difícil en todas las formas criar hijos, no sólo desde la discapacidad, también desde el género, en cuestiones de diversidad sexual y también cultural. Tuve un papá y una mamá que siempre digo fueron de vanguardia, pero lo importante es que se pueda ir avanzando, de acuerdo a la época.
Pongo el énfasis en la actitud de vida y cómo afrontaron conmigo todo, no sólo mis padres, sino también mis hermanos. Nací y ni siquiera los médicos en ese momento podían diagnosticar lo que tenía. No había ecografías previas, ni ningún tipo de análisis que pudiera demostrar lo que tenía. Por eso yo estoy muy orgullosa de mi familia y considero que fueron de avanzada en cuanto a incluirme en absolutamente todo, preocuparse y ocuparse de mi educación. Hasta aceptar que me fuera a vivir sola.

- Te dieron esa independencia
- Y sí, me dieron toda la libertad, con todos los temores y la sobreprotección que cualquier padre o madre tiene. Por supuesto que bastante tardé en convencerlos, hubo momentos en los que hubo mucha charla y otros en los que, como cualquier joven, tuve mi rebeldía, mis momentos de pelea. Estoy convencida que eso nos ayudó a crecer a todos como familia y enriqueció nuestro vínculo sin lugar a dudas. El hecho de independizarme y tener que resolver cosas que nunca en mi vida las había resuelto, desde pagar una boleta, ir al supermercado, lo que sea. En fin enfrentar la vida como cualquier joven.
A su vez esto me dio la fuerza para ver que yo podía, si bien por supuesto tengo asistentes. Y entonces se produjo algo maravilloso: recuperaron su libertad. Porque a veces cuando existe en una familia una persona con discapacidad hay también una dependencia, eso de sentirse "atados" al otro. Los padres pierden entonces en algún sentido su libertad, por todo esto digo que nuestro vínculo creció y se enriqueció.

- En algunos artículos periodísticos se habla de tu militancia.
- En realidad hace alrededor de 11 años que soy miembro del Humanismo y dentro de ese partido político hay muchas actividades que tienen que ver con lo social, lo partidario, la cuestión interna, te diría que hasta espiritual. Fue así que, junto a otras personas con discapacidad que colaboraban conmigo, armé una Asociación de Discapacitados Humanistas y así iniciamos muchas gestiones que tienen que ver con la calidad de vida. Surgieron numerosos proyectos.

- Una vida muy intensa, vinculada a luchas sociales...
- Así es. Con esta filosofía nos conectamos con otras organizaciones y realizamos en Bahía Blanca ya hace cuatro años el Mes por la Diversidad. Durante ese tiempo organizamos múltiples actividades sociales, culturales, artísticas, de todo un poco. Las distintas ONG siempre decimos que es bastante difícil incorporar a nuestra cabeza esta cuestión de lo diferente, de las diferencias. Lo que nosotros queremos transmitir es que "bienvenido lo diferente"; no tenemos que rechazar, tenemos que festejar la existencia de lo diferente y así crecemos.
Por ejemplo en mi caso puntual, mi discapacidad me ha hecho que me apoye a lo largo de mi vida en ciertas virtudes que tengo para así desarrollarme. Si me preguntaran si alguna vez, existiendo la posibilidad desde la ciencia, la medicina, hasta la magia, que permitiera que desaparecieran mis discapacidades, que pudiera caminar, te diría que no lo sé, lo dudaría, porque soy esto y soy felíz. Obviamente que tengo mis bajones, mis momentos de crisis, mi tristeza, mis dificultades en el camino como cualquier persona. Me considero una mujer plena que he logrado en ciertos aspectos desarrollarme, porque le encontré sentido a mi vida.

- Alguien una vez me dijo que la mayor discapacidad es la del corazón.
-Sin lugar a dudas, la insensibilidad es el peor enemigo. La insensibilidad se ve en ciertas personas que tienen grado de decisión, de responsabilidad en ciertos lugares. Uno lo ve en espacios de poder, en la sociedad, en ámbitos educativos, empresariales, políticos, hasta en la familia.

- ¿Qué es el arte en tu vida?
- Es todo. Además de lo que implica el poder expresar lo que me pasa, lo que pienso a través de la pintura, ha sido algo muy importante, me ayuda a hacer y realizar otras cosas que hago. Cuando tenía ocho años comencé a tomar clases de dibujo y pintura con una profesora particular. A través del arte me comunico, no sólo desde un óleo, sino cuando cuento mi experiencia, lo que hago y disfruto, lo que me hace felíz y eso es lo maravilloso del arte, que es mi canal con y hacia el otro.
Además realmente sabemos que no es fácil para una persona con discapacidad trabajar y en este caso puntual la vida me ha regalado la posibilidad de tener, desde lo que me apasiona, una salida laboral. Integrar la Asociación Mundial de Pintores con la Boca y el Pie, permite que no sólo desarrolle mi vocación artística sino que tenga mis propios ingresos y así desarrollarme.

-¿Cómo llegaste a ingresar en una asociación de carácter mundial?
- En el año 1987, llegó a las manos de mi familia y las mías los trabajos de esta organización mundial y empezamos a pensar juntos la manera de conectarme. Me pidieron obras, que envié y fueron examinadas por un jurado y al año siguiente me aceptaron. Es lo que me permite tener una estabilidad laboral.

-¿Te definirás como una luchadora social que vence prejuicios día a día?
-Sí, día a día. Prejuicios propios tengo miles. Prejuicios con mi propio cuerpo, con el tema de la sexualidad, prejuicios que uno tiene que mamás de generación en generación. Y uno va venciendo, y descubriendo que se puede. El propio camino depende de creer en uno mismo, esa es la llave para encontrar cada día la felicidad.

Karina Zukerman estuvo en nuestra ciudad participando de las Jornadas Artísticas Especiales que se llevaron a cabo el viernes y ayer en el Museo Mulazzi, con la organización de la Biblioteca Popular Braille y Parlante Ilusiones.
Ella hace un camino con sus pinceles y sus óleos, con su gran sonrisa. Esta artista demostró que no hay barreras ni prejuicios que no valgan la pena vencer, si al final de cada batalla cada uno encuentra el camino hacia su felicidad.


LA VOZ DEL PUEBLO

martes, 9 de agosto de 2011

Helen Keller


Helen Adams Keller nació el 27 de junio de 1880 en Tucumbia, una pequeña ciudad rural del Alabama , EU. Hija de capitán Arturo Henley Keller y Kate Adams Keller, ella nació con vista y la audición completas.
En febrero de 1882, cuando Helen tenia diecinueve meses de nacida, se enfermó. Hoy en dia la naturaleza de su enfermedad sigue siendo un misterio. Los doctores en su tiempo la llamaron "fiebre del cerebro", mientras que los doctores modernos del día piensan que pudo haber sido escarlatina o meningitis.
Cualquiera que haya sido la enfermedad, por muchos días lo único que se esperaba es que Helen muriera. Cuando la fiebre bajo, la familia de Helen se puso feliz creyendo que su hija iba a estar bien otra vez. Sin embargo, la madre de Helen pronto notó que su hija no podía responder cuando sonaba la campana de cena, o cuando ella pasaba su mano delante de los ojos de su hija. Llegó así a ser evidente que la enfermedad de Helen la había dejado ciega, sorda y muda.
Los siguientes años fueron muy difíciles para Helen y su familia. Helen se hizo un niña muy difícil, aventaba los platos y lámparas y aterrorizaba la casa entera con rabietas, gritos y su mal genio. Los parientes la miraban como un monstruo.
Pero su familia - y ella misma - no se resignan con ese destino, y lo fueron superando a fuerza de voluntad y constancia, y gracias también a tutores y amigos que la ayudaron; entre ellos, Anne Sullivan.
Anne Sullivan fue su profesora personal, y su amiga de toda la vida. Anne le ayudo primero a controlar su mal genio, y después le enseño a leer, en primer lugar con el alfabeto manual táctil y más adelante con braille, a escribir de forma normal y a través de las máquinas de escribir en braille.
Helen fue a la escuela de Cambridge para señoritas desde 1896 y en el otoño de 1900 entró en la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona Sordociega que podía alcanzar el reto de presentarse y pasar en una Universidad.
La vida en Radcliffe era muy difícil para Helen y Anne, y la cantidad enorme de trabajo condujo al deterioro de la visión de Anne. Durante su tiempo en la universidad Helen comenzó a escribir sobre su vida. Ella escribía la historia en braille y en una máquina de escribir normal. Fue en este tiempo que Helen y Anne resolvieron con Juan Albert Macy que él debía ayudar a corregir el primer libro de Helen "la historia de mi vida", el cual fue publicada en 1903 y aunque al principio no fue exitoso en ventas, se convirtió más adelante en una obra clásica.
El 28 de junio de 1904 Helen se graduó "Con Honores" de la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona sordociega en obtener un título universitario. Ese mismo año en la exposición de San Luis habla por primera vez en público.
Helen y Anne iniciaron en los años siguientes, una gira de charlas y conferencias sobre sus experiencias. Helen contaba su vida y su discurso era interpretado frase a frase por Anne Sullivan, lo que siempre generaba sesiones de preguntas y respuestas acerca de sus historias.
A través de sus viajes Helen y Anne, buscaron una nueva forma de vivir a través de sus conferencias y la venta de sus obras literarias. En 1918 la demanda de sus obras había disminuido, pero ellas seguían viajando con más interés, mostrando las cosas increíbles de Helen, como la primera vez que entendió el significado de la palabra "agua". Ese año Helen, Anne y John (Esposo de Anne), se trasladaron a Forest Hilles en Nueva York. Helen usaba su nueva casa como la sede para consecución de fondos de la Fundación Americana para Ciegos.
Ella no solo recolectaba dinero, también hacía campañas para mejorar la calidad de vida y las condiciones de las personas ciegas, quienes eran rechazados y erróneamente educados en asilos. Su insistencia fue uno de los factores importantes para que sus condiciones cambiaran.
En 1957 fue realizada por primera vez "La trabajadora milagrosa" un dramatizado donde Anne Sullivan muestra sus primeras formas de comunicación cuando Helen era una niña, fue la primera aparición en televisión en los Estados Unidos.
En 1959, esta fue escrita nuevamente en Broadway. Esta llegó a ser un éxito por casi 2 años. En 1962 se realizó otra película en donde las actrices que hacían el papel de Anne y Helen recibieron premios Oscar por sus actuaciones.
En Octubre de 1961 Helen sufrió el primero de la serie de accidentes cerebro vasculares que tuvo, y su vida pública se fue cerrando. Los últimos años de su vida se dedicó entonces a cuidar su casa en Arcan Ridge.
En 1964, Helen fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Amistad, el más alto premio para personas civiles otorgada por el presidente Lyndon Johnson. Un año mas tarde fue elegida como La mujer del Hall de la fama en la Feria Mundial de Nueva York.
Poco antes de su muerte1968, en la edad de 87 años, Helen Keller le dice a un amigo, "En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha."
El primero de Junio de 1968, en Arcan Ridge, Helen Keller muere mientras dormía. Helen fue cremada en Bridgeport, Connecticut y su funeral se realizó en la Catedral Nacional de Washington DC, la urna con sus restos más tarde fue llevada a un lugar cerca de los restos de Anne Sullivan y Polly Thomson.
Puede que Helen Keller no hubiera sido la directa responsable del desarrollo de las tecnologías existentes actualmente, pero con la ayuda de Anne Sullivan, a través de sus escritos, lecturas y discursos, mostró a millones de personas que la discapacidad no significa el fin del mundo.

viernes, 5 de agosto de 2011

Annie Sullivan


Nació en 1866 en Massachussets, hija de una pareja irlandesa muy pobre. Siendo muy joven contrajo una enfermedad llamada tracoma, que le deterioró la vista.

Viajó a Boston a la Escuela de Perkins para Ciegos, donde después de varios años y dos operaciones pudo recuperar la visión. Estudió el alfabeto manual y trabajó de cerca con una chica ciega y sorda, lo que le serviría luego como experiencia para su trabajo futuro.

Annie Sullivan viajó para Alabama, para trabajar como institutriz de su nueva alumna ciega, sorda y muda Hellen Keller, a la cual le enseñó a leer, escribir y hablar. Con mucha dedicación y paciencia, durante varios años le fue enseñando los objetos, las letras y la dicción, poniendo la mano de Hellen en su garganta para que pudiera sentir las vibraciones mientras hablaba. Con la ayuda técnica de un profesor de voz y el apoyo de Annie, Hellen pudo finalmente hablar claramente.

En 1880 la legislación de Estados Unidos consideraba a las personas ciegas y mudas como idiotas, aunque el sistema Braille había sido inventado en 1826. Annie logró sacar a luz el potencial intelectual de Hellen, quien pudo ir a la Universidad de Radcliffe donde se graduó con honores. Pero por razones económicas Hellen y Annie Sullivan actuaron en espectáculos públicos contando sus experiencias. En 1925 ante una multitud de señores del Leonismo, en Ohio, pidieron ayuda para recaudar fondos a favor de los ciegos, para que pudieran restablecer la visión y llevar una vida normal.

Hellen viajó junto a su inseparable maestra a varios países de Europa siempre con el mismo propósito. Al pasar el tiempo Annie Sullivan quedó completamente ciega en 1935 y murió en Nueva York, con Helen a su lado, en 1936, a la edad de 70 años.

Su labor y constancia como profesora le valieron numerosos reconocimientos y en 1993 una escritora llamada Nella Braddy publicó su biografía "Annie Sullivan: la historia detrás de Hellen Keller".