Por Mª Ángeles Sierra.
Pese a que me gusta más ideológicamente el término diversidad funcional
para definir a lo que conocemos como personas con discapacidad porque no es un
término peyorativo hoy y para que se me entienda, no tengo ganas de andarme con
eufemismos.
Me pregunto una y otra vez si las personas con discapacidad y
sus familias, vamos a salir indemnes de esta lamentable crisis económica, o
mejor dicho, estafa financiera y política, y por más que intento ser optimista,
no encuentro la manera. Tal vez este artículo no pretenda ser más que la
manifestación de cómo muchos de nosotros vivimos estas realidades para que
todos tomemos conciencia y de ahí intentemos poner al menos un freno a esta
sinrazón, que está devorando la vida de muchos de nosotros.
Es tal el entramado existente, el desconocimiento social y la
desunión de nuestros colectivos, que llegar a un punto de alcanzar soluciones
que podrían y deberían de ser eficientes y fáciles de desarrollar, no va a
resultar nada sencillo.
La mayoría de ciudadanos ajenos a estas realidades, piensan o
creen o prefieren pensar o creer, que durante muchos años hemos ido
evolucionando en la buena dirección y en parte tienen razón en pensar de esa
manera ante un problema que les es ajeno y con el que se solidarizan, después
de las ficticias y costosísimas campañas publicitarias que se han ido realizando
a lo largo de los años, en detrimento en la mayoría de las ocasiones de
invertir esas cantidades en nuestras necesidades más perentorias.
Para entender esta realidad, es preciso que sepamos que el
grueso de las personas con discapacidad en España, le componemos cuatro
millones de personas y que no todas las discapacidades son iguales, ni
similares, ni mucho menos uniformes, por lo que podríamos partir de una base
construida ya desde un concepto equivocado tan sencillo como que a cada uno nos
duele lo nuestro y desconocemos los dolores de nuestros compañeros, que como al
resto de la sociedad nos resultan ajenos.
Con este precepto o caldo de cultivo, empieza a ser más fácil
comprender lo que está pasando.
Las discapacidades, se dividen así desde el principio en tres
grandes grupos que a su vez se subdividen conforme a sus características en
otros subgrupos, muchos de los cuales, por desconocimiento y falta de voluntad
sobre todo política gravitan en el limbo de lo intocable quedando así más o
menos el esquema para que los inexpertos en la materia puedan comprender de un
modo sencillo lo que pretendo explicar.
*Físicas:
* Orgánicas
Renales, coronarias, hepáticas, Sida, etc.
* Motóricas
-Tetraplejias, Paraplejias, Polio, Parálisis Cerebral,
acondroplasia, etc. (son las más visibles)
* Enfermedades raras. Son esas extrañas desconocidas que toca a
un ínfimo numero de población en lo que a su enfermedad se refiere, pero amplio
en cuanto a existencia de estas enfermedades, en su mayoría niños que mueren de
forma prematura porque nadie quiere saber de ellos, ni el sistema sanitario, ni
mucho menos el social porque por mucho que nos lo pinten verde en este país ni
ha existido sistema social, ni ahora mucho menos existe.
*Intelectuales:
Intelectuales propiamente dichas anteriormente denominadas
psíquicas:
- Borderline, Sindrome de Down, etc…
· Mentales que aunque las incluyo aquí constituyen ya un cuarto
grupo en lo que a representación se refiere y las constituyen a su vez un
amplio abanico de psicopatologías de las que todos hemos oído hablar, síndrome
maniaco depresivo, trastorno bipolar y un sinfín de etc., Este es uno de los
colectivos más estigmatizados de todos junto con
* El trastorno de Espectro Autista y sus múltiples variedades
que se encuentra encajado aquí porque no sabían donde encajarle
* Sensoriales:
* Sorderas
* Cegueras
* Sordo cegueras
Visto así, a pesar del “ladrillazo” que consideraba necesario
ofrecer a los lectores, que deseo sean muchos, -y no para que me sigan con
criterios egocéntricos sino para que puedan entender nuestras crudas
realidades-, es fácil comprender la división y el desconocimiento de los que
antes hablaba y del por qué opino que a cada uno le duele lo suyo pese a que a
todos nos den por el mismo lado y de ese principio se aprovechan.
Plasmado esto, es fácil comprender que existan en España más de
7000 asociaciones de personas con discapacidad, lo que significaría
numéricamente, no en términos reales, que tocamos a una asociación por cada 571
personas con discapacidad, pero la realidad es que la mayoría de nosotros no
estamos asociados porque el movimiento asociativo presenta una serie de facetas
que difícilmente nos llevan a dar con la solución de nuestros problemas, que es
en definitiva lo que nosotros pretendemos y nos encontramos con que, cuando no
es un movimiento asociativo precario e incluso me atrevería a decir que en
muchas ocasiones aunque de buena voluntad, ignorante , es un movimiento
asociativo pervertido por los poderes del Estado y a su servicio, que más se
mueve en nuestra contra como tapadera de gobiernos e instituciones
administrativas y de una forma económicamente interesada convertido
prácticamente en una especie de filial administrativa, dispuesto a convencer a
la sociedad de que lo nuestro es un problema menor controlado, -cuando por
activa o por pasiva, nos alcanza a todos-, a cambio de recibir favores,
prebendas, negocios y exquisitas cuantías económicas que se desvían a
fundaciones, sectores empresariales, etc., Basta decir que el 75% de los
servicios sociales que se dan en España recaen en manos privadas y de éstas
manos privadas un 85% son procedentes del movimiento asociativo.
Estas 7000 asociaciones, al igual que los grupos de discapacidad
y más o menos con los mismos criterios que acabo de exponer componen grandes
núcleos de federaciones de personas con discapacidad, física, intelectual,
mental y sensorial que dicen representar cada una a su parte de asociaciones en
que las nosotros como personas una inmensa mayoría no estamos militando por lo
que también numéricamente 7000 asociaciones para cuatro sectores , significaría
que cada uno de estos sectores representaría a 1750 asociaciones, lo que
triplica sobradamente la cantidad presupuesta de personas con discapacidad por
cada asociación, que ni siquiera, insisto, estamos asociados.
Y a partir de aquí, sufridos lectores, estos cuatro sectores a
cuyo frente siempre hay serviles y traidores mandatarios que en su ascenso nos
han ido olvidando, como el propio actual Director General de Políticas de
Discapacidad, que de estos entramados procede, acontece el milagro de la
creación, cual si de la
Santísima Trinidad se tratara de erigirse en una única voz
denominada CERMI, auspiciada y prácticamente en su totalidad, dirigida por uno
de los poderes fácticos, además de intocable, del mundo de la discapacidad
denominado ONCE que por vía tanto directa como indirecta maneja todo el grueso
económico que se invierte en la discapacidad en España. Esta realidad, cuanto
menos, es escalofriante.
Estas y no otras son las realidades que obstaculizan la solución
de nuestros problemas, tan sencillos de resolver como dando ayudas
compensatorias en la igualdad de oportunidades y sobre todo, directas, para lo
que es condición indispensable que previamente cada uno de nosotros tomemos sobre
esta realidad, partiendo del conocimiento, una muy seria toma de conciencia.
Valladolid 1 de
noviembre de 2012