domingo, 27 de julio de 2014

Jillian Mercado

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La bloguera y modelo Jillian Mercado desafía los cánones de belleza desde una silla de ruedas. Su perfil salta a la fama gracias a ser imagen de Diesel o Nordstrom. 

 "Mi madre confeccionaba vestidos de bebé y mi padre era vendedor de zapatos, así que mi afición por la moda empezó desde bien pequeña". El destino de Jillian Mercado parecía escrito desde que era una niña. Esta bloguera de 23 años, cuyo ascendente currículo levantaría suspiros entre cualquier aspirante a editora de moda, está revolucionando los tiránicos cánones del mundo de la moda gracias a visibilizar otros prototipos de belleza. Criada en una familia de inmigrantes dominicanos en el Upper West Side de Manhattan, Mercado ha labrado su carrera a base de esfuerzo: se graduó en el prestigioso Fashion Institute of Technology de Nueva York, hizo prácticas en la revista Allure, colaboró con PMc Magazine y ahora edita su propio blog (Manufactured1987), además de ejercer de directora ejecutiva editorial de la revista We The Urban.

Su salto a la fama llegaría este 2014.Ha protagonizado dos importantes campañas de moda (para Diesel y para Nordstrom) y acaba de fichar como modelo para la agencia Red. La única diferencia entre Mercado y el resto de modelos de la agencia es que ella va en silla de ruedas. Cuando era solo un bebé le diagnosticaron parálisis cerebral para luego descubrir que tenía distrofia muscular, un trastorno que provoca pérdidas del tejido muscular y que empeora según pasan los años. Desde que tenía 12 años Mercado vive sobre una silla de ruedas y ha pasado por siete operaciones. Ninguno de estas trabas vitales han impedido que rompa con los tabúes establecidos y comience a labrarse una carrera en un mundo en el que la diferencia no suele imperar.

  El año pasado Nicola Formichetti, director creativo de Diesel, hizo todo un alegato al elegirla personalmente como una de las protagonistas de su primera campaña publicitaria en la firma de Renzo Rosso tras pasar por Mugler. Con su aplaudido desembarco llegarían las entrevistas de publicaciones y televisiones de medio planeta. "Nunca pensé que me convertiría en modelo, lo hice por esta campaña y ahora que lo soy, creo que estaba destinada a serlo", explica por correo electrónico. "Trabajar con Formichetti ha sido una experiencia increíble, siempre he admirado su trabajo y cómo enfoca creativamente la moda", cuenta.
La semana pasada volvió a copar titulares por su participación en el catálogo anual de Nordstrom. La compañía lleva utlizando a modelos con discapacidades y modelos convencionales desde 1997 porque, tal y como relató a AP Meg O'Connell, socia de la firma consultora Global Disability Inclusion, el consumo discrecional de las personas en situaciones de discapacidad alcanza los 166 millones de euros anuales solo en EE UU. Una cifra nada desdeñable como para no visibilizar a este sector de la población. Nordstrom no es la única empersa que lo hace. JC Penny  también decidió hace unos meses colocar en sus escaparates cinco "maniquíes reales" con modelos de "todas las tallas y tamaños". Entre ellos, había uno en silla de ruedas.

Mercado cree que todos estos cambios de rumbo publicitarios van en la dirección correcta. "Creo que la moda está cambiando sus roles, mostrando gente más cercana, personas que en enseñan al mundo que ser tú mismo está bien. Con las redes sociales como epicentro del cyberbulling (acoso digital) necesitamos más modelos que realmente crean en la belleza interior, que demuestren que todos somo únicos y que está perfectamente bien ser diferente". Palabras sabias de una joven que admira profundamente a Grace Coddington "por su humildad" y a Coco Rocha como modelo, que no tardó nada en recaudar por crowdfunding los 18.000 dólares que costaba su silla de ruedas después de que se la robasen, inexplicablemente, en plena calle. No hay obstáculo que no sea capaz de superar.

 EL PAIS

sábado, 5 de julio de 2014

VIRGINIA


            Vino al mundo hace dos décadas y pico.
Todo fue bien, que ella recuerde, hasta que la separaron, a la hora de empezar a ir al cole, de su amiga Nuria, compañera de juegos y aventuras desde muy chiquitas. La separaron porque unos señores de un “sitio especializado” determinaron  que, dada su “situación especial”, no podía ir  al mismo colegio que su amiguita,
Echaba de menos a Nuria, y ésta a ella,  pero tuvieron que adaptarse a las reglas de  los mayores.   Según ellos, era por el bien de ambas, pues Nuria no aprendería  al ritmo deseado  estando con Virginia, ni esta última se adaptaría a l@s compañerit@s diferentes a ella.
Nuria  fue creciendo y aprendiendo según la norma estipulada, de acuerdo a las diferentes etapas escolares, y vitales;  mientras Virginia seguía un plan educativo que cada vez la  apartaba más, la hacía más diferente en el plano negativo.  No le enseñaban a hacer cosas sola, ni intentar cosas diferentes a lo establecido como idóneo para ella, cosas  que  Nuria, de su misma edad, ya hacía. De forma que ésta se fue  convirtiendo en una pizpireta adolescente, con las inquietudes, ocupaciones y preocupaciones típicas de esa etapa vital, mientras Virginia sin embargo, notaba que aun era considerada y tratada como una bebé a sus 13 o14 años. A ella le gustaría ir a tomar un helado sola con sus amigas y amigos, llevar el pelo del  largo que a ella le gustaba, peinarse  ella sola,  darse  color en los labios, llevar una falda corta de flores, que su familia tocará en la puerta de su cuarto antes de entrar (como hacían en la puerta de su hermano) y que la dejaran ducharse  ella sola.
Nuria iba componiendo  su vida adulta, ese ir responsabilizándose a trompicones de su vida, con caídas y errores y aciertos, con conflictos externos e internos. El primer amor, el primer desengaño, el primer empleo, ese ir perfilando una vida. Iba componiendo la mujer completa que sería mañana.
A Virginia  le fueron  cerrando puertas a sus anhelos, sueños, gustos y maneras de crecer. No se le permitían ni ensayos, ni errores, ni caídas, se amputaba su desarrollo como persona adulta: ni primeros amores, ni primeros desengaños, ni primer empleo, ni primeros pasos de autonomía, su forma de ser diferente, pero Ser, de hacerse mujer, a pesar de que ella era y se sentía mujer. Una mujer adulta y completa.
Recientemente, una mañana, sonó el teléfono, lo cogió su madre. Era una chica del movimiento Vida Independiente que iba a realizar un cortometraje reivindicando la belleza y la sensualidad de mujeres diferentes, diversas. “Sólo quiero proponérselo a Virginia, y ver si quiere participar, se trata solamente  de que se de una vuelta de forma coqueta, ataviada con una boa de plumas rosa. Como ve, algo sencillo y discreto.” La madre contesto que su hija no iba a participar en un proyecto de esa especie,  ella no iba a consentirlo,  su niña “no tenía sensaciones de esa clase” y no iba a exponerla a que se le despertasen. Añadió que su hija tenía una vida llena de actividades  para niñas como ella. Y que su marido  y ella dedicaban muy a gusto su tiempo y esfuerzo en  arroparla y cuidarla, y  no querían complicaciones. Después colgó violentamente el auricular.      
Hay muchas Virginias, mujeres a las que se les mutila su  derecho  y ser y estar en el mundo por ser diferentes, diversas. Aunque esa diferencia la origine la naturaleza, rica en diferencias, dotándolas con algo tan elemental y pequeño como un cromosoma de mas. 


                     Trini Recio Ranea

miércoles, 18 de junio de 2014

martes, 11 de febrero de 2014

El derecho a decidir de las mujeres con discapacidad

Las mujeres con discapacidad en primer lugar son mujeres, mujeres víctimas de una doble discriminación. No sólo luchan contra las barreras y retos que hayan las mujeres sin discapacidad. Sufren también, esas dificultades añadidas derivadas de la discapacidad. Yo, como mujer con discapacidad, no ignoro la realidad que nos rodea.

Cada mañana la actualidad se cuela en mi hogar y lo que se percibe en la prensa, en lo tocante al Género y la discapacidad, es verdaderamente escaso. Hablan de nosotras en contadas ocasiones, nuestra problemática específica dentro del colectivo con discapacidad queda oculta y acaba por diluirse.
Caso aparte es el tema de los derechos sexuales y reproductivos. La sociedad ha tardado en reconocer este derecho, pero las mujeres hemos sabido aprovechar la oportunidad y no hemos perdido un minuto de tiempo: Foros, congresos y mesas redondas proliferan por doquier sobre la cuestión de ser o no ser madres. Y todo esto en un escenario estatal verdaderamente dantesco. El desmantelamiento sistemático del Estado del Bienestar
El Estado del Bienestar, uno de los mayores logros del siglo XX en Europa, se desmorona como un castillo de naipes lo que hace que la drástica reducción de ayudas amenace con echar por tierra los logros conquistados durante 30 años en términos de derechos, inclusión social y bienestar en España. Dado el actual estado de cosas, la crisis internacional, la perdida de cientos de trabajos al día con la desastrosa reforma laboral de Mariano Rajoy y la perdida progresiva de la protección social, la decisión de ser madre con discapacidad supone dejar todo el peso económico, físico y psicológico de la crianza del bebe a la red de apoyo familiar. Esta idea es contraria al concepto de Vida Independiente y relega a las mujeres con discapacidad al ambito privado, convirtiendola en la “reina del hogar”.
Por si fuera poco, viene el Ministro Alberto Ruiz-Gallardón a darnos lecciones de como ser mujer, diciendonos que somos mas mujeres cuando somos madres, lo sabrá por experiencia propia.

 MAR MOLPECERES MOLPECERES