ELOY MADORRÁN - Logroño - 04/03/2007
Logroñesa de 31 años, es incansable, lucha contra los impedimentos, busca soluciones. En definitiva: es positiva. Esa determinación es la que le ha llevado a conseguir el número uno de entre más de dos mil aspirantes en las pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR), lo que podría equipararse al MIR de los médicos. El hecho es ya relevante, pero la verdadera dimensión del logro de Mercedes se comprende al conocer que la joven sufre una parálisis cerebral que le provocó una minusvalía física del más del 65%.
A pesar de que comenzó a andar a los seis años, pasó por el quirófano mientras cursaba séptimo y octavo de EGB, y de que necesita silla de ruedas para desplazarse a largas distancias, desde pequeña ha conseguido sobreponerse a las adversidades. Aprobó COU con matrícula de honor.
El salto sin red, el más difícil todavía, fue cuando dejó su Logroño natal para ir a estudiar a Pamplona. Compartió piso con cuatro compañeras (con las que guarda una buena relación y que ya la han llamado al verla en los medios de comunicación) y se atrevió a hacer cosas por sí misma, se soltó, se sacó el carné de conducir... "El primer año en Pamplona fue el mejor año de mi vida", afirma, "antes casi ni me atrevía a salir de casa".
En Pamplona sacó adelante la carrera de Farmacia en la Universidad de Navarra, con uno de los mejores cinco expedientes de su promoción. A pesar de ello, nunca pensó en ejercer porque no se veía atendiendo detrás del mostrador de una farmacia.
Así que, poco después, viajó a Maryland (Estados Unidos) para colaborar en una Unidad de Parálisis Cerebral de la Universidad, y allí se dio cuenta de que la psicología era su vocación. "La gente siempre había venido a contarme sus problemas, siento empatía por los demás, me pongo en el lugar del otro", explica.
No se lo pensó dos veces y viajó a Salamanca, donde se licenció en Psicología al cabo de tres años y medio. "El servicio de discapacidad de la Universidad de Salamanca y todo su profesorado son también cómplices de mi éxito. Me han tratado de maravilla", añade. Y reconoce que en Salamanca, además de estudiar, aprovechaba también para explotar el ambiente juvenil de la ciudad universitaria.
Bromas familiares
Ahora sufre las bromas de sus dos hermanos (dicen que es "la famosa de la familia"), que le han ayudado siempre en todo, sobre todo de pequeña. "Mercedes empezó a andar tarde, pero era una campeona gateando, lo hacía de maravilla. Pues sus hermanos se ponían a gatear con ella para integrarla", recuerda su madre.
La parálisis cerebral no siempre implica discapacidad intelectual. Generalmente, se debe a una falta de oxígeno que daña una zona concreta del cerebro. García Laso confiesa que se ha sentido en ocasiones como un bicho raro: "A veces me tratan como si fuera gilipollas. Y pienso ¡paciencia!".
Ahora tiene hasta el próximo mes para decidir qué plaza ocupar de las 98 ofertadas por el PIR. Pero ya ha demostrado que está preparada para afrontar cualquier reto y desea que su ejemplo sirva para que se vea como normal su situación y la de las personas que sufren parálisis cerebral.
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