domingo, 2 de enero de 2011

La vida sentimental de los discapacitados


Es un tema que quizá se vaya un poco de la temática de este blog, Maternidad Adaptada, o no. Es algo a lo que no dejo de darle vueltas últimamente por que es algo que me afecta directa o indirectamente. Lo que voy a contar aquí no necesariamente me ha pasado a mí pero son anécdotas que conozco muy de cerca.

Estoy muy feliz con mi pareja y con mi niño. Me parece genial que una editorial haya encontrado mi historia lo suficientemente interesante para editarla pero ¿por qué mi historia suscita interés? Hay dos opciones: A- Es una bonita historia bien escrita que tiene su interés o B- Una discapacitada se atreve a ser madre y encima alardea de ello. A ver, que no soy la primera ni la única mujer y madre discapacitada. No quiero medallas por ello. Siempre tuve inquietudes literarias y encontré una gran fuente de inspiración en mi embarazo y la aproveché.

A veces pienso que la sociedad todavía tiene metida en la cabeza la idea del discapacitado metido en casa a cargo de sus padres sin apenas vida social propia y ¿sentimental? ¡anda ya! Si es un crío que jamás crecerá. Esto nunca te lo dirán a la cara, ya no… Está mal visto pero todavía permanece en algún lugar oscura de la mentalidad española (la que he podido sondear algo). Espero que mi libro ayude a dar algo de luz.

Encontrar pareja es un gran reto. La mayoría nos valemos de internet para ello. Sospecho que son más las mujeres discapacitadas que los hombres que tienen éxito. ¿Por algún resquicio de la idea de que el hombre protege a la mujer? Si la discapacidad es adquirida después de estar en pareja ¡ay, mala suerte! La gente se comparece del pobre marido o mujer y ya está (aunque también he oído casos de que el marido tiene que escuchar sugerencias de divorcio por parte de ajenos). Pero si te enamoras de un discapacitado y haces vida en pareja con él ¡Ya eres la tonta del pueblo! Has cogido un producto defectuoso y en vez de devolverlo ¡te quedas con él! Nadie te pregunta si eres feliz, solo lo que te cuesta ayudarlo. Nadie se cuestiona lo que hace él por ti ni lo que te aporta ¿qué va a aportar un discapacitado? Sólo ven su discapacidad. AH! Una ventaja tiene tener una pareja discapacitada: Oficialmente, te has ganado el cielo por santo/a mártir. Da igual que seas un/a ímbecil, si tu pareja es discapacitada eres buena persona, eso es algo incuestionable (¿Por qué? ¿Por qué no la has abandonado? A lo mejor tiene que aguantarte mucho más tu pareja a ti que tú a ella, quizá él sea el que te aporta paz a tu vida…) Quedémonos con lo bueno: Eres tan bueno/a como un angel.

Vaaaaaale, se acepta que un discapacitado se case o viva en pareja. Otra ventaja de tener una pareja discapacitada es que nadie te dará la paliza con la dichosa pregunta “¿Para cuando un niño? ¡NO, POR DIÓS! Tema tabú, como hablar de la soga en casa del ahorcado. Yo solamente se la he oído a mi madre y a mi hermana. A nadie más. Nadie me permitió coger a un bebé hasta que estuve embarazada.
Por absurdo que parezca también se han encontrado mujeres discapacitadas que viven en pareja con personas que se sorprenden que se queden embarazadas por que presuponían un matrimonio sin sexo. Es lo que tiene estar con un ángel ¡es muy aburrido!

Y cuando das el campanazo de quedarte embarazada es inevitable oir algún que otro comentario más o menos hiriente de lo difícil que es criar a un hijo (curiosamente, dicho por alguien que nunca viene después a comprobar si el pobre bebé es criado correctamente). Descubres que algunas personas de poco alcance pensaban que tus padres te habían esterilizado de pequeña y ahora se enteran de que no… (no me hagáis comentar esto, por favor, por vergüenza ajena). Yo no oculté mi embarazo a nadie pero como me pilló la barrigota en invierno e iba mucho en la silla de ruedas, sólo se enteraba quien era informado por mí. Pero sé que han mirado mal a mujeres en avanzado estado de gestación por ir en silla de ruedas. ¿Por imprudentes? ¿Por locas? Seguro que ha sido el embarazo más premeditado de la década.

Bueno, ya está, ya tienes a tu niño/a precioso/a medio criado, parloteando y corriendo que da gusto tapándoles la boca a muchos. Es ahora cuando descubro la última ventaja ¡Existe otra pregunta tabú! ¿Quién la adivina? “¿Para cuando el segundo?” y si a alguien se le escapa por error ya se apresuran a corregirse “bastante tiene…” Así que ya tenemos a Miquelet condenado a ser hijo único por la sabiduría popular.

Estrella Gil García

Bibliotecaria, escritora y madre

En su blog:

MATERNIDAD ADAPTADA

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