Una mujer que honra y da gracias a la vida
Es una artista plástica bahiense que pertenece a Pintores con la Boca y el Pie. Hace de cada día de su vida una canción que merece ser escrita y cantada con el alma. Participó de las Jornadas Artísticas Especiales, organizadas por la Biblioteca Braille y Parlante Ilusiones
Diversidad. Discapacidad. Inclusión. Integración. Diferencias. Prejuicios. Palabras que nos paran en medio de la historia propia de la humanidad. Palabras que sintetizan y definen lo que sentimos, lo que somos, lo que queremos parecer.
Cada trazo que escribimos, cada paso que damos, cada caricia, cada beso, cada abrazo, de acuerdo a la forma en la que nos expresemos y al valor que le otorguemos a esos que parecen cotidianos y simples gestos, nos transforman, sin lugar a dudas en diferentes.
Karina Zukerman es bahiense, nació el 15 de abril de 1970 y es una militante de la vida, una artista que supera día a día, no sólo sus propios prejuicios y temores, sino los de los otros. Ella da una lección de vida en cada sonrisa, en cada concepto, en cada una de sus obras de arte, que pinta con un pincel en su boca. Nació con una deficiencia muscular que le imposibilita el movimiento de sus miembros inferiores y superiores, denominada artrogriposis. No camina, pero se hace grande sobre sus valores, no mueve sus brazos para abrazar y sin embargo deja mensajes de optimismo y búsqueda de felicidad en todos sus cuadros.
¿Definir a Karina Zukerman? Una mujer plena, que da gracias y honra la vida en cada instante. Una artista con mayúsculas que no sólo se aplaude de pie, sino que se gana respeto y admiración por lo que es y por lo que sueña ser: un ser humano que festeja la diferencia.
- Tus padres, tu familia ¿siempre estuvieron a tu lado?
- Totalmente. Hoy es difícil en todas las formas criar hijos, no sólo desde la discapacidad, también desde el género, en cuestiones de diversidad sexual y también cultural. Tuve un papá y una mamá que siempre digo fueron de vanguardia, pero lo importante es que se pueda ir avanzando, de acuerdo a la época.
Pongo el énfasis en la actitud de vida y cómo afrontaron conmigo todo, no sólo mis padres, sino también mis hermanos. Nací y ni siquiera los médicos en ese momento podían diagnosticar lo que tenía. No había ecografías previas, ni ningún tipo de análisis que pudiera demostrar lo que tenía. Por eso yo estoy muy orgullosa de mi familia y considero que fueron de avanzada en cuanto a incluirme en absolutamente todo, preocuparse y ocuparse de mi educación. Hasta aceptar que me fuera a vivir sola.
- Te dieron esa independencia
- Y sí, me dieron toda la libertad, con todos los temores y la sobreprotección que cualquier padre o madre tiene. Por supuesto que bastante tardé en convencerlos, hubo momentos en los que hubo mucha charla y otros en los que, como cualquier joven, tuve mi rebeldía, mis momentos de pelea. Estoy convencida que eso nos ayudó a crecer a todos como familia y enriqueció nuestro vínculo sin lugar a dudas. El hecho de independizarme y tener que resolver cosas que nunca en mi vida las había resuelto, desde pagar una boleta, ir al supermercado, lo que sea. En fin enfrentar la vida como cualquier joven.
A su vez esto me dio la fuerza para ver que yo podía, si bien por supuesto tengo asistentes. Y entonces se produjo algo maravilloso: recuperaron su libertad. Porque a veces cuando existe en una familia una persona con discapacidad hay también una dependencia, eso de sentirse "atados" al otro. Los padres pierden entonces en algún sentido su libertad, por todo esto digo que nuestro vínculo creció y se enriqueció.
- En algunos artículos periodísticos se habla de tu militancia.
- En realidad hace alrededor de 11 años que soy miembro del Humanismo y dentro de ese partido político hay muchas actividades que tienen que ver con lo social, lo partidario, la cuestión interna, te diría que hasta espiritual. Fue así que, junto a otras personas con discapacidad que colaboraban conmigo, armé una Asociación de Discapacitados Humanistas y así iniciamos muchas gestiones que tienen que ver con la calidad de vida. Surgieron numerosos proyectos.
- Una vida muy intensa, vinculada a luchas sociales...
- Así es. Con esta filosofía nos conectamos con otras organizaciones y realizamos en Bahía Blanca ya hace cuatro años el Mes por la Diversidad. Durante ese tiempo organizamos múltiples actividades sociales, culturales, artísticas, de todo un poco. Las distintas ONG siempre decimos que es bastante difícil incorporar a nuestra cabeza esta cuestión de lo diferente, de las diferencias. Lo que nosotros queremos transmitir es que "bienvenido lo diferente"; no tenemos que rechazar, tenemos que festejar la existencia de lo diferente y así crecemos.
Por ejemplo en mi caso puntual, mi discapacidad me ha hecho que me apoye a lo largo de mi vida en ciertas virtudes que tengo para así desarrollarme. Si me preguntaran si alguna vez, existiendo la posibilidad desde la ciencia, la medicina, hasta la magia, que permitiera que desaparecieran mis discapacidades, que pudiera caminar, te diría que no lo sé, lo dudaría, porque soy esto y soy felíz. Obviamente que tengo mis bajones, mis momentos de crisis, mi tristeza, mis dificultades en el camino como cualquier persona. Me considero una mujer plena que he logrado en ciertos aspectos desarrollarme, porque le encontré sentido a mi vida.
- Alguien una vez me dijo que la mayor discapacidad es la del corazón.
-Sin lugar a dudas, la insensibilidad es el peor enemigo. La insensibilidad se ve en ciertas personas que tienen grado de decisión, de responsabilidad en ciertos lugares. Uno lo ve en espacios de poder, en la sociedad, en ámbitos educativos, empresariales, políticos, hasta en la familia.
- ¿Qué es el arte en tu vida?
- Es todo. Además de lo que implica el poder expresar lo que me pasa, lo que pienso a través de la pintura, ha sido algo muy importante, me ayuda a hacer y realizar otras cosas que hago. Cuando tenía ocho años comencé a tomar clases de dibujo y pintura con una profesora particular. A través del arte me comunico, no sólo desde un óleo, sino cuando cuento mi experiencia, lo que hago y disfruto, lo que me hace felíz y eso es lo maravilloso del arte, que es mi canal con y hacia el otro.
Además realmente sabemos que no es fácil para una persona con discapacidad trabajar y en este caso puntual la vida me ha regalado la posibilidad de tener, desde lo que me apasiona, una salida laboral. Integrar la Asociación Mundial de Pintores con la Boca y el Pie, permite que no sólo desarrolle mi vocación artística sino que tenga mis propios ingresos y así desarrollarme.
-¿Cómo llegaste a ingresar en una asociación de carácter mundial?
- En el año 1987, llegó a las manos de mi familia y las mías los trabajos de esta organización mundial y empezamos a pensar juntos la manera de conectarme. Me pidieron obras, que envié y fueron examinadas por un jurado y al año siguiente me aceptaron. Es lo que me permite tener una estabilidad laboral.
-¿Te definirás como una luchadora social que vence prejuicios día a día?
-Sí, día a día. Prejuicios propios tengo miles. Prejuicios con mi propio cuerpo, con el tema de la sexualidad, prejuicios que uno tiene que mamás de generación en generación. Y uno va venciendo, y descubriendo que se puede. El propio camino depende de creer en uno mismo, esa es la llave para encontrar cada día la felicidad.
Karina Zukerman estuvo en nuestra ciudad participando de las Jornadas Artísticas Especiales que se llevaron a cabo el viernes y ayer en el Museo Mulazzi, con la organización de la Biblioteca Popular Braille y Parlante Ilusiones.
Ella hace un camino con sus pinceles y sus óleos, con su gran sonrisa. Esta artista demostró que no hay barreras ni prejuicios que no valgan la pena vencer, si al final de cada batalla cada uno encuentra el camino hacia su felicidad.
LA VOZ DEL PUEBLO
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