sábado, 4 de octubre de 2008

A KOLDO, AMOR DISTANTE O NADA

Todo parecía tan amable y leve.
¡AMARTE!
Todo parecía tal y como era,
como rojo fuego, mal revuelta,
mis sentidos tus prisioneros eran,
y sólo eso me contentaba.

Celos sentía de ellas,
que día a día acariciabas:
la deslizante esfera,
las blancas medias y…
de una rubia cabellera.
Y tú sin saberlo, sin notarlo,
Y tú sin sospechar nada.

Más aún hoy me pregunto;
¿qué relación guarda
la soledad de tu portería
y de mi silla de ruedas?
Mil kilómetros de distancia
y un puñado de esperanza.

¡Ser TXAPELDUNAK!
Conquistar tres “Zamora”,
dos Ligas y una Copa,
participar en una Olimpíada,
dos Mundiales más dos Eurocopas.

Marchas en anunciada retirada,
tras ser titular de grandes hazañas
temporada tras temporada.
Dejándome como frío iglú, isla
desierta, vacío crepúsculo,
vitalmente como nada.
A mí que la soledad calmabas,
ahora hiere, enllaga y calla.
Ya no “paras” nada.

En tu gentil marco, nada
más me entusiasmaba.
¿Y ahora?
Nada.
Mis ojos van a echar risas,
lágrimas mis carcajadas,
antes solo verte, bastaba.
Ya, no me alegra nada.

En tu azul cumbre,
luego Concha dorada,
veras que a tus pies
yo no sienta nada.
Con tu definitiva ausencia,
ya no posea nada.
Nada pues tus puños
ya no “rechazan” nada.

Soñemos por un instante
que una década, NIRE LAGUN,
no ha empañado nada.
Nada, pues tú,
Mi agente cancerígeno,
continuas en mi vida
y en la penumbra de mi Alma.

MAYO 1991

PILAR BUDIA AYALA

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