domingo, 28 de septiembre de 2008

EN HOMENAJE A MI MADRE

La madre de una persona es muy importante para esa persona, su desarrollo, etc. Y si hablamos de una persona con diversidad funcional (discapacidad) la importancia es aún mayor, mucho mayor.
Hoy quiero hablar de mi madre, madre de una mujer con diversidad funcional (discapacidad) en un grado del 68 %. Ella no tuvo muchas cosas materiales que darme, ni ahora tampoco Sólo me dio y me da cosas importantes, trascendentes como toda buena madre. Siempre se fió de mi y me dejó hacer, desde muy chiquita. Me ha regalado siempre el mejor regalo que puede hacerse: Libertad.
Quiso que supiera defenderme yo sola, que supiera hacer las tareas de casa como mi hermana, me ha dejado desde muy chica decidir sobre mi vida, a veces no me entendía, ni ahora tampoco, pero ella dice que yo sé que hacer con mi vida. Hay cosas que se le escapan, pero confía. Teme pero respeta a su manera. Yo he podido estudiar, viajar por toda España yo sola, trabajar.... en definitiva ser, poco a poco, la mujer que quiero llegar a ser Sabe que soy diferente en el mas amplio sentido de la palabra.
Como todas las vidas reales la nuestra no fue ni es idílica. Vivíamos en el campo y me tocó trabajar duro (todos en casa lo hacíamos; mi padre, mi hermana y ella en el campo y yo en la casa). Una vez en la ciudad pronto vinieron para ella las facturas de tanto trabajo y privaciones (las de una niña de posguerra en el ámbito rural) y la artrosis severa y otras enfermedades aparecieron. Ahora ya es mayor, y a veces se pone malita o se cae. Ella sabe que puede apoyarse en mi tanto como en mi hermana, yo la acompaño al médico o donde necesita, le ayudo con la administración de su medicación y con la casa en general. Y... es curioso, pero si llaman al teléfono y no conoce a la persona que llama, la mayoría de las veces le dice: “Espérese que se va a poner mi hija”.
Tiene sus miedos y temores, momentos buenos y malos. Y discutimos como cualquier madre e hija. Nada idílico. Todo sencillo y difícil, como es la vida real. Ni más ni menos.
Con la lucidez que me dan los años agradezco a mi madre haberme preparado para ser una mujer completa, ojo, no perfecta ni supermujer, sino capaz de coger las riendas de esta vida, con todo lo maravilloso, y también con todo lo oscuro.
Gracias por todo mamá.
Dios te bendiga.
Te quiero, tanto,,,,


Trini R.

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