Recientemente leí en Internet un artículo titulado “Violencia de Género contra la(s) Mujer(es) con disCapacidad(es)”, ponencia que presento Mª. Soledad Arnau Ripollés en el Seminario organizado por Eraberri, Vitoria - Gasteiz, el 7 y 8 de mayo de 2004, y publicada en isonomia.uji.es . En el mismo se habla de la “Teoría de discriminación múltiple”. Textualmente se lee un párrafo interesantísimo que señala: “Hablar de mujer con discapacidad es, hablar necesariamente de una “doble marginación”: son mujeres “doblemente” azotadas por injusticias sociales propias de las que se aplican a las personas con discapacidad, por ser consideradas tradicionalmente como “discapacitados”, tales como exclusión de los espacios habituales, infravaloración de la propia persona con discapacidad, y de sus capacidades...; y, por las injusticias propias por el hecho de ser mujeres”. Pero el mejor complemento a esto, se lee en este otro párrafo: “Hay Mujeres con discapacidad que “padecen más de dos discriminaciones”: mujeres lesbianas con discapacidad, mujeres de otras etnias con discapacidad, mujeres de otras culturas con discapacidad..../…”. Esto es el mejor ejemplo de la llamada “Teoría de la doble discriminación”, que en este paso es de “triple discriminación”,… de las injusticias sociales, religiosas y sobretodo morales.
Siendo mujer, lesbiana y ahora con una discapacidad visual, puedo señalar que este tipo de actitud va sumada a la sobreprotección familiar, que pasa a ser una actitud más que discriminatorial, es una marca que lejos de ayudarnos a crecer y a ser independientes, nos produce más miedo que tranquilidad. Tenemos siempre, amigas, que pensar que la lucha debe comenzar ya que hoy más que nunca es obligante “Ganar espacios dignamente”.
Siendo mujer, lesbiana y ahora con una discapacidad visual, puedo señalar que este tipo de actitud va sumada a la sobreprotección familiar, que pasa a ser una actitud más que discriminatorial, es una marca que lejos de ayudarnos a crecer y a ser independientes, nos produce más miedo que tranquilidad. Tenemos siempre, amigas, que pensar que la lucha debe comenzar ya que hoy más que nunca es obligante “Ganar espacios dignamente”.
Elena Hernáiz Landáez
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