domingo, 7 de septiembre de 2008

GABRIELA BRIMMER


Aquí nací, en la Ciudad de México, en la ex-región más transparente, el 12 de septiembre de 1947, con parálisis cerebral la cual me impide valerme físicamente por mi misma, sin embargo con el leve movimiento del pie izquierdo escribo todo lo que se me cruza por la mente.A los ocho años de edad ingresé a la Primaria del Centro de Rehabilitación Músculo Esquelético, donde encontré a un ser humano que supo impulsarme hacia las letras y fue la Maestra Margarita Aguilar, aparte de que el ambiente cultural de mis padres era muy elevado, sobre todo el de mi papá y como es normal me quedé con el espíritu de saber de él y la gran sensibilidad de mi madre; además ambos escribían muy bien.
Al transcurrir el tiempo entre los libreros llenos de sabiduría, juegos infantiles, y tareas por escrito, me adentraba en la literatura, en 1964 logré entrar a la Secundaria 68, una escuela regular, donde tuve como maestro de lengua española a Jorge Aguilar Mora, poeta quien influyó para que leyera más poesía. y así fue como, con timidez de adolescente, empecé a escribir poemas que guardo como un tesoro; recuerdo cuando mi madre descubrió uno de ellos, lo leyó y con lágrimas me instó a seguir escribiendo y comenzar la recopilación de cada escrito, ya fuera de la escuela o personal, porque ella pensaba en un libro mío.
En 1967 entré a la Preparatoria 6 y por ese tiempo murió mi padre; esta pérdida fue traumante para mí pues además del amor que me daba, era mi guía en varios aspectos de la existencia humana.
En 1968 estalló el movimiento estudiantil y a pesar del trágico e injustificado 2 de octubre la existencia de miles de mexicanos no fue la misma, al menos yo no sería lo que era antes y en mi poesía lo reflejaba todo.
En 1971 me matriculé en sociología en la UNAM, en donde cursé tres semestres de dicha carrera; por decisión familiar la tuve que suspender, en 1974 regresé y me inscribí ahora en periodismo. Por motivo de las barreras arquitectónicas y humanas de la UNAM de nuevo solo estudié dos o tres semestres, además que en ese entonces adopté una niña, era mayo de 1977 e iba a cumplir los 30 años.
Vivir en México quiere decir muchas cosas, ser o no ser, revolucionaria, feminista, antiyanqui, jipi, o todo lo contrario. Y también suele suceder que se finge lo que no es o se pretende negar lo que se es; nos ponemos la máscara de la conveniencia en todos los ámbitos de la vida, es una manera de sobre vivencia.
Mi madre siguió juntando cada escrito, pero también los criticaba muy duramente. Con ésto me ayudó a entender lo que la gran poeta y escritora Rosario Castellanos recomendaba, para escribir bien, hay que ser claros y precisos, muy cierto. A base de leer mucho y escribir otro tanto, le hice caso a mi madre no sin poner algo de lo mío. Por otro lado ella seguía con la idea de editar un libro mío y en 1979 logró su objetivo con la valiosa ayuda de Elena Poniatowska y fue mi biografía.
En 1980 salen los libros de poemas y de cartas, en ese mismo año conocimos al cineasta Luis Mandoki, quién quiso que yo le escribiera el argumento de la película de mi vida; esto me llevó ocho meses en escribirlo.
Poco después escribo los cuentos de mujeres que viven distintas situaciones pero con un común denominador, que es la soledad y la falta de alternativas. Estos cuentos los recopilé después de la muerte de mi madre y de haber tenido que madurar más.
En un deseo por ayudar a quienes tienen el cuerpo en mil pedazos y la mente libre, o por ocuparme en otros asuntos mas terrestres, no lo sé aun, fundé con unos amigos la Asociación para los Derechos de Personas con Alteraciones Motoras ADEPAM, I. A. P.; en 1989, en ella damos servicios de Trabajo Social, Médico, Psicológico, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Alfabetización, Primaria y Secundaria a través del Sistema Abierto de Enseñanza, así como Preparatoria Abierta, Intermediación para el trabajo, también brindamos actividades Recreativas y Culturales.
El 24 de Abril de 1995, tuve el alto honor de recibir "La Medalla al Mérito Ciudadano", de manos del Lic. Manuel Jiménez Guzmán, Presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea de Representantes de D.F. I Legislatura.
El 25 de Mayo de 1996, pasé a formar parte, con el cargo de "Vicepresidente" de la mesa directiva de la Confederación Mexicana de Limitados Fisicos y/o Representantes de Deficientes Mentales A.C.
En el mes de junio de 1997, me otorgaron el cargo de "Representante del Comité de Mujeres de la región Latinoamericana".
Algo que me ha servido mucho a lo largo de mi existencia, es el estar bien conciente de las cosas que puedo hacer y de las que no, por ejemplo: sé que no puedo correr, pero con mi pensamiento puedo volar en fracción de segundos al más distante de los lugares; se me dificulta hablar, pero mis libros, mis cartas y mis poesías hablan mucho por mi; mis manos tal vez no puedan hacer una caricia y sin embargo he sabido amar como mujer, como madre y como amiga.
Yo sé, que lo limitado de mi condición física, no me impide ser creativa y tener muchas ganas de vivir, por ello pienso que quienes están en los inicios de la vida, los que tienen salud, los que han tenido la suerte de haber recibido educación, quienes cuentan con el apoyo de sus padres o el respaldo de su familia, no deben nunca sentirse derrotados, ya que tienen un compromiso con la vida, con su familia, con su Estado y con su País, además de formarse como hombres y mujeres íntegros y honestos para un futuro mejor.
Mi vida tiene un denominador común al de muchos escritores latinoamericanos; nos la pasamos denunciando las atrocidades que suceden en nuestros países pero caen en oídos sordos y en almas que solo quieren el poder y la riqueza.

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